Se dice por ahí que todos tenemos un polo opuesto, alguien que poco o nada objetivo tendrá en común con uno pero que sabrá complementarle y darle equilibrio a su existencia. Yo creo, o bueno, quiero creerlo. Quiero creer que es cierto, que estás ahí, en alguna parte; buscándome inconscientemente, sin saberlo. O que tal vez sólo te estás tardando demasiado.
A medida que he ido creciendo, mi nivel económico ha pasado de bajo a más o menos acomodado; y eso me ha hecho valorar mucho lo poco o mucho que posea. Al margen de todo, el trabajo y la vida no han suavizado nada en mi caso, se han vuelto más complicados, se han convertido en una pesada carga que de a pocos me ha ido consumiendo. A unos contados 12 años la vida me enseño muy duramente que no se puede aspirar a amar a cualquiera, que los sentimientos nunca triunfan, de lo que no he logrado recuperarme por completo aún y me ha dejado completamente incapaz de hacerlo de nuevo. Pero digo, ¿dónde estás? ¿por qué tardas tanto? ¿para qué coño debo pasar todo esto antes de toparme con una remota posibilidad de hallar algo de paz y calma?... me estoy derrumbando, de a pocos, pero al final no quedará algo reconocible de mí. Me estoy alienando (según las teorías socialistas), porque todo lo que hago en bien de los que me importa rarísima vez es, siquiera, agradecido. Me degrado, pierdo mi humanidad y eso me aterra, porque así no vas a poder reconocerme cuando llegue el momento, aquel bendito instante en el que nos tengamos que dar cuenta que siempre nos estuvimos buscando, y nos entreguemos a la felicidad de ese momento.
Cómo anhelaba ese día, pero mi única plegaria fue que no llegue demasiado tarde; cuando de mi drenada alma nada quede, apenas una tenue esencia de lo que alguna vez quiso y pudo ser, pero que el resto del mundo se encargó de sofocar antes de que pudiese ver la luz. A veces me pregunto por qué tengo que pasar por todo esto, me siento como un juguete del divino, una simple diversión que consiste en hacerme sufrir; ni siquiera soy capaz de ponerle fin a todo... solamente para no destruir tu vida como consecuencia de semejante decisión. ¿Quién serás? ¿Dónde estarás? ¿Que estarás haciendo? ¿Estarás pensando en mí? y miles de preguntas más me asaltaron cada noche. Y es que aún en mis penurias te busqué te busqué en sueños y en la realidad, en este mundo y en los demás; te busqué mas no he logrado encontrarte. Aquello me preocupa. Soy consciente de que soy tan desafortunado que hasta he llegado a pensar en la posibilidad de que simplemente no me andes buscando, pero por una funesta razón: no puedas hacerlo, ni nada en absoluto, que la oportunidad se nos hayas negado... que hayas muerto, o tal vez ni siquiera hayas podido nacer. Cosas así pasan todo el tiempo, y con lo terrible que ha sido mi suerte no me extrañaba. Aunque sin duda aquello sería desastroso, el fin de mi accidentado camino, la cúspide y el acábose de mi lista de infortunios... porque sería el último que podría soportar... o eso pensé.
Curiosamente eso ya no es sólo una suposición. Es un hecho. Lo supe hace no mucho, aún no sé muy bien cómo pero lo llegué a saber de alguna forma: te perdí, te perdí antes de siquiera poderte tener. Una sensación insoportablemente amarga me consumió en ese momento. Mi corazón se detuvo por un instante, sin intenciones de seguir; pero mis demás órganos le obligaron. Me sentí profundamente vacío de nuevo, aquella sensación fría y áspera que creí jamás volvería a sentir volvió peor que nunca. Sin embargo, decidí no echarme atrás; seguir con todo esto hasta el final, consumirme por completo hasta que de mi infortunada alma no quedase ni rastro, al menos por quedar bien con los demás. Seguiré cargando todo esto hasta donde mis agonizantes energías me lo permitan... ahora tan sólo deseo despedirme, saludarte de paso; ya que nunca lo habíamos hecho. Decirte que te amo, te amo como nunca tendré oportunidad de hacerlo porque sé que, aunque jamás hemos de encontrarnos, aunque nunca estarás ahí cuando yo más te necesite; tú habrías sabido comprenderme, habrías sabido sacarme una sonrisa en el momento preciso, me habrías iluminado un poco en medio de mis oscuras penurias... me habrías amado como siempre quise amarte.
Sólo quiero despedirme, decirte adiós, temporalmente. Ya al final de este escarpado camino podré contemplar una luz, contigo al borde de su estela... esperándome para finalmente podernos conocer, podernos amar como en vida alguna vez lo deseamos. Alguna vez soñé que la vida era hermosa, pero me equivoqué, y lo comprobé de una forma muy fea. Mas sé que eventualmente lo voy a asimilar y aceptaré mi destino, para poder contemplarte algún día. Cuando todo ya haya pasado.
Curiosamente eso ya no es sólo una suposición. Es un hecho. Lo supe hace no mucho, aún no sé muy bien cómo pero lo llegué a saber de alguna forma: te perdí, te perdí antes de siquiera poderte tener. Una sensación insoportablemente amarga me consumió en ese momento. Mi corazón se detuvo por un instante, sin intenciones de seguir; pero mis demás órganos le obligaron. Me sentí profundamente vacío de nuevo, aquella sensación fría y áspera que creí jamás volvería a sentir volvió peor que nunca. Sin embargo, decidí no echarme atrás; seguir con todo esto hasta el final, consumirme por completo hasta que de mi infortunada alma no quedase ni rastro, al menos por quedar bien con los demás. Seguiré cargando todo esto hasta donde mis agonizantes energías me lo permitan... ahora tan sólo deseo despedirme, saludarte de paso; ya que nunca lo habíamos hecho. Decirte que te amo, te amo como nunca tendré oportunidad de hacerlo porque sé que, aunque jamás hemos de encontrarnos, aunque nunca estarás ahí cuando yo más te necesite; tú habrías sabido comprenderme, habrías sabido sacarme una sonrisa en el momento preciso, me habrías iluminado un poco en medio de mis oscuras penurias... me habrías amado como siempre quise amarte.
Sólo quiero despedirme, decirte adiós, temporalmente. Ya al final de este escarpado camino podré contemplar una luz, contigo al borde de su estela... esperándome para finalmente podernos conocer, podernos amar como en vida alguna vez lo deseamos. Alguna vez soñé que la vida era hermosa, pero me equivoqué, y lo comprobé de una forma muy fea. Mas sé que eventualmente lo voy a asimilar y aceptaré mi destino, para poder contemplarte algún día. Cuando todo ya haya pasado.
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