sábado, 2 de abril de 2011

Historias de cajón - Orden de detención

Se oyó un toque en la puerta. Temerosa, Tania sale a abrir la puerta... su peor pesadilla se cumplió, habían descubierto a la culpable del crimen del tamalero: ella; o eso creían todos. Cualquier cosa sería inútil, no tenía prueba alguna que demostrara su inocencia en aquel abobinable crimen. Lo peor de todo, el policía era su mejor amigo. Joe, su amigo de la infancia, era un joven efectivo de la policia bastante conocido por su frialdad al momento de realizar detenciones... pero esta vez no se veía como siempre. Él sabía la verdad, sabía que Tania tenía poco o nada que ver en este asunto, pero sin pruebas ni él podía hacer nada a favor de su amiga, su compañera, su amor inconfeso.

Tania: Vienes por mí, ¿verdad?

Joe: Oye, en serio, no quiero hacer esto...

Tania: tú lo sabes... tú sabes que yo soy inocente.

Joe: sí, oyalá lo supiera también el fiscal.

Tania: pero ¿no pudiste hacer nada?

Joe: ya traté de todo, no funcionó... - Tania agachó la cabeza, resignada a su cruel destino; pagar por un crimen que no cometió (típico ¿no les parece?) - por favor, no te pongas así, sabes que me duele por lo que estás pasando... yo...

Tania: ya no importa, la verdad, ya no tiene ningún sentido seguir con esto; yo me voy... no quiero darte la pena de que seas tú quien me lleve a la comisaría.

Joe: pero me asignaron a mí en específico para hacerlo... no puedes huir, hay un par de colegas que nos están vigilando... ¡maldtita sea!... ¿¡porqué a mí me tuvo que tocar este trabajo!?

Tania: ya oe, tranquilo... no te apenes tú...

Joe: créeme que lo siento... pero si no me perdonas te entenderé.

Tania estaba cabisbaja, en un rato que alzó la vista notó como por la cara de Joe corría una lágrima hasta encayar en el mentón de éste para luego caer al suelo como si de una gota de lluvia se tratase.

Tania: Joe... está bien - le extiende sus muñecas, mostrando sus blancas manos y la pulsera que alguna vez le regaló su querido amigo y prosigue - vamos, ponme las esposas y relájate... no quiero que te vean así.

Joe: - Mientras le coloca las esposas - lo lamento, en verdad - termina de colocárselas - vámonos de una vez.

Dentro de la casa, la madre de Tania contemplaba el trágico cuadro que se desarrollaba frente a la puerta, sin poder hacer nada. Iluminados por la Luna y algún poste, la joven y desdichada pareja abandona la residencia y se dirige al patrullero.

3 comentarios:

  1. No se, no acaba de convencerme... Me parece que tiene algo de humor involuntario. Quizá mi edo. de animo no me deja comprender, no sentí ninguna pena por el personaje, no hay nada que me haga querer que sea liberada, salvo el que se dice un par de veces que es inocente.

    Saludos enormes Dany :)

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  2. Um. Ahora mismo estoy leyendo el 3er libro de la saga Millenium y estoy algo emparanoyada. No hago más que leer sobre crímenes, traficking, asesinos... Lo cierto es que es un tema extenso sobre el que se podría escribir.
    Nos leemos!
    http://luciasanchezhernandez.blogspot.com
    Muac

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  3. Ah, el comentario de "típico ¿no les parece?"...

    XD! XD! XD! XD!!! no sé ah, se me salió eso... me gusta rajar de lo inútil del sistema judicial ^^.

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