He decidido empezar con una nueva serie, esta vez será como 2 historias cruzadas en una trama; a cada una le pienso poner un prólogo respectivo: la primera también está en un entorno relacionado a los videojuegos (Grand Chase), y la otra es más una versión futura de nuestro mundo (como 50 a 100 años en el futuro). Voy a introducir el modo de narración mixto de 1º y 3º persona por turnos, considerando un narrador omnipresente (clásico) y a uno de los 2 protagonistas que pienso establecer. Bueno, sin más que decir, empecemos.
Prólogo 1 - Caballero rojo
Durante generaciones, el reino de Kanavan, ubicado al sur del continente Bermesiah, ha sido muy reconocido por la calidad, excelencia y destreza de sus caballeros; pero de entre todos los linajes uno ha sido el más destacado. Los Sieghart han sido caballeros de gran porte, moral intachable y de habilidades verdaderamente intimidantes, pero con el tiempo y tras la Gran Guerra de los Reinos contra Serdín debido a sugestiones de la perseguida asesora y hechicera Kaze'Aze, han ido cayendo en combate o simplemente, no se les ha podido ubicar por ningún lado; de esa gran familia de guerreros honorables ya no quedan muchos hombres... pero alguien daría pronto la sorpresa.
Partera: Sir Elscud, su esposa dio exitosamente a luz
Elscud: (casi pataleando de alegría) ¡Sí! finalmente un vástago digno de mi apellido, algún día mi familia recuperará su renombre gracias a él, lo sé... algo me lo dice...
Partera: (interrumpiéndolo) Emm... sir... creo que hay algo que no sabe...
Elscud: ("montado en su burro") como sea, como sea, tengo que ver a quien será algún día el mejor caballero de Kanavan y mi sucesor.
Partera: Ah... oh, bueno ¬_¬' .
Elscud ingresa a la sala donde, agotada y sudorosa tras el parto aunque de buen semblante, yacía su esposa, con el recién nacido en brazos. El caballero había puesto sus esperanzas en su primogénito, consciente de la relativa crisis por la que pasaba su familia tras otra de las desapariciones de su patriarca, el legendario primer Sieghart.
Prólogo 1 - Caballero rojo
Durante generaciones, el reino de Kanavan, ubicado al sur del continente Bermesiah, ha sido muy reconocido por la calidad, excelencia y destreza de sus caballeros; pero de entre todos los linajes uno ha sido el más destacado. Los Sieghart han sido caballeros de gran porte, moral intachable y de habilidades verdaderamente intimidantes, pero con el tiempo y tras la Gran Guerra de los Reinos contra Serdín debido a sugestiones de la perseguida asesora y hechicera Kaze'Aze, han ido cayendo en combate o simplemente, no se les ha podido ubicar por ningún lado; de esa gran familia de guerreros honorables ya no quedan muchos hombres... pero alguien daría pronto la sorpresa.
Partera: Sir Elscud, su esposa dio exitosamente a luz
Elscud: (casi pataleando de alegría) ¡Sí! finalmente un vástago digno de mi apellido, algún día mi familia recuperará su renombre gracias a él, lo sé... algo me lo dice...
Partera: (interrumpiéndolo) Emm... sir... creo que hay algo que no sabe...
Elscud: ("montado en su burro") como sea, como sea, tengo que ver a quien será algún día el mejor caballero de Kanavan y mi sucesor.
Partera: Ah... oh, bueno ¬_¬' .
Elscud ingresa a la sala donde, agotada y sudorosa tras el parto aunque de buen semblante, yacía su esposa, con el recién nacido en brazos. El caballero había puesto sus esperanzas en su primogénito, consciente de la relativa crisis por la que pasaba su familia tras otra de las desapariciones de su patriarca, el legendario primer Sieghart.
Lina: Vaya, pero si este está reteque nervioso por ver nuestro mayor tesoro. Tranquilísate hombre, no quiero que me la contagies con tus nervios eh.
Elscud: Ok, ok... (empieza a trotar en su sitio cual niño emocionado por un regalo que lleva buen tiempo esperando) me relajo, ya me relajo... ¡listo, Lina! ¡muéstramelo!
Lina: ¿"Muestramelo"?... hmm, me suena a macho, o no... no te lo dijo la enfermera, ¿verdad?...
Elscud: ¿?
Lina: No, si tú eres más ansioso que tu padre; otra vez me vienes sin saber de nada de lo que pasa. Bueno, velo tú mismo.
El rostro de Elscud era un poema luego de ver el fruto de una noche apasionada y 9 meses de ansiosa espera.
Elscud: ¿es... una niña? Ó_o¡
Lina: ya sabía que ibas a poner esa cara ¬_¬ ... al menos mírala bien, ¿no es una ternurita?
Elscud: Pues... sí, creo que sí ._. ... (el pobre lloraba por dentro)
Lina: Mi amor, si esperabas un varón, tranquilo que aún estoy aquí ^_^ ... pero te me aguantas unos meses que así lo dijo el médico, ¿ok?
Elscud: Bueno... ¿qué más da?
El resto del día, Elsud no quiso abrir la bocota por nada del mundo. En cuanto a Lina, su esposa, la cosa estaba bien, ya que por ella daba lo mismo si era varón o mujer. Esa noche Elscud rompió su récord de 3 botellas de cerveza en una noche (el tipo no es de tomar mucho), se sentía defraudado del destino por semejante desatino... ahora sí que tenía un problema, él quería encargarse de devolverle la gloria a su apellido con ayuda de su hijo, pero le salió una niña; vaya desastre. ¿Para qué una niña? tal vez sólo terminaría de aprendiz, ayudante o a lo mucho espadachina, nada más.
Unas semanas más tarde, se encontraba el caballero frente a su hija. La miraba fijamente, como si algo le llamase la atención sobre ella, se la notaba muy activa, era algo tosca con sus juguetes y un poco ruidosa.
Lina: Amor, ¿me ayudas un rato con estos bultos?
Elscud: Ah, claro, ya voy.
El hombre deja su espada sin darse cuenta junto a la niña, esta logra recogerla y empuñarla de tal forma que cuando su padre regresó instantes después buscándola quedó boqueabierto.
Elscud: Pep... pero... ¿pero qué?
La niña estaba ahí como siempre, en su silla alta de caoba fina, con la espada curiosamente bien empuñada y blandiéndola en el aire. Elscud se la alucinó de 17, con una armadura reluciente, una espada similar a la que tenía en ese momento, con su cabello rojo al viento... era lo que parecía... ¡sí!
Elscud: ¡Oh por los dioses!... ya deja eso, me vas a volar el ojo ¬_¬ ... pero si es cierto, no serás niño, pero el talento lo tienes. Entonces no todo está perdido, aún hay una esperanza, ¡Aún puedo hacerlo :D !
Elesis: ._.
Elscud: Bueno... aún podemos lograrlo... je je. Tú recuperarás el honor de nuestra familia, y yo mismo te entrenaré, mi pequeña Elesis.
Y así, desde muy joven, la niña prendió todo lo que un caballero ha de saber, bajo la tutoría de su padre; quien se las ingenió para enseñarle a modo de juego. Pasaban muy buenos momentos juntos y se encariñaron bastante. Elesis no sólo demostró una gran habilidad con las armas, sino que tenía el carácter y la moral de un caballero Sieghart ejemplar.
Todo marchó de maravilla hasta ese día. La Guerra de los Reinos se había puesto dura y estaban reclutando a los mejores al campo de batalla; lógicamente, Elscud fue uno de los primeros en ser convocado. Era un viernes en el atardecer, al pie de una colina, ambos lo recuerdan muy bien.
Elesis: ¿En verdad te tienes que ir, papá? - a sus 6 años, esto significaba mucho para ella, temía perder en la guerra su ser más amado.
Elscud: Cariño, ya te dije que sólo es por una temporada nada más, unos mesesitos y ya.
Elesis: Te voy a extrañar, vas a hacer falta en casa.
Elscud: Hey, tranquila, yo te prometo que voy a regresar; y para tener una escusa, quiero que conserves esto.
Elesis: Es... ¿tu espada?
Elscud: Pues lo era, y gracias a ella pude ver el tesoro que tenía ante mí. Has sido una bendición y la mejor hija que pude haber tenido.
Elesis: Gracias papá - una lágrima recorre su rostro - te quiero.
Elscud: Y yo más, mi niña. Ahora tengo que irme.
El hombre se aleja, ella se queda ahí parada hasta que su silueta desaparece tras la cima, con la promesa presente... más tras meses y meses de esperar al pie de la misma colina, la espera nunca terminó.
A los 2 años de su partida, se supo de la desaparición del caballero, Elesis se la pasó 2 meses encerrada en su habitación.
Ahora, a sus 15 años, ha seguido las enseñanzas de su padre y se ha convertido en la líder de los Caballeros Rojos, con una destreza y fuerza sin precedentes, y el carácter que una vez reflejaron los ojos de su padre. Se juró a sí misma llegar hasta el mismo fin del mundo, con tal de hallar a su padre, y en base a este juramento es que ha llegado hasta donde está; una caballero élite, de las mejores del reino, heroína varias veces agasajada por sacar de apuros a varios; un poco jactanciosa y de personalidad algo gruñona, pero digna de su apellido. Su búsqueda la llevará por un muy largo camino.
Lina: ¿"Muestramelo"?... hmm, me suena a macho, o no... no te lo dijo la enfermera, ¿verdad?...
Elscud: ¿?
Lina: No, si tú eres más ansioso que tu padre; otra vez me vienes sin saber de nada de lo que pasa. Bueno, velo tú mismo.
El rostro de Elscud era un poema luego de ver el fruto de una noche apasionada y 9 meses de ansiosa espera.
Elscud: ¿es... una niña? Ó_o¡
Lina: ya sabía que ibas a poner esa cara ¬_¬ ... al menos mírala bien, ¿no es una ternurita?
Elscud: Pues... sí, creo que sí ._. ... (el pobre lloraba por dentro)
Lina: Mi amor, si esperabas un varón, tranquilo que aún estoy aquí ^_^ ... pero te me aguantas unos meses que así lo dijo el médico, ¿ok?
Elscud: Bueno... ¿qué más da?
El resto del día, Elsud no quiso abrir la bocota por nada del mundo. En cuanto a Lina, su esposa, la cosa estaba bien, ya que por ella daba lo mismo si era varón o mujer. Esa noche Elscud rompió su récord de 3 botellas de cerveza en una noche (el tipo no es de tomar mucho), se sentía defraudado del destino por semejante desatino... ahora sí que tenía un problema, él quería encargarse de devolverle la gloria a su apellido con ayuda de su hijo, pero le salió una niña; vaya desastre. ¿Para qué una niña? tal vez sólo terminaría de aprendiz, ayudante o a lo mucho espadachina, nada más.
Unas semanas más tarde, se encontraba el caballero frente a su hija. La miraba fijamente, como si algo le llamase la atención sobre ella, se la notaba muy activa, era algo tosca con sus juguetes y un poco ruidosa.
Lina: Amor, ¿me ayudas un rato con estos bultos?
Elscud: Ah, claro, ya voy.
El hombre deja su espada sin darse cuenta junto a la niña, esta logra recogerla y empuñarla de tal forma que cuando su padre regresó instantes después buscándola quedó boqueabierto.
Elscud: Pep... pero... ¿pero qué?
La niña estaba ahí como siempre, en su silla alta de caoba fina, con la espada curiosamente bien empuñada y blandiéndola en el aire. Elscud se la alucinó de 17, con una armadura reluciente, una espada similar a la que tenía en ese momento, con su cabello rojo al viento... era lo que parecía... ¡sí!
Elscud: ¡Oh por los dioses!... ya deja eso, me vas a volar el ojo ¬_¬ ... pero si es cierto, no serás niño, pero el talento lo tienes. Entonces no todo está perdido, aún hay una esperanza, ¡Aún puedo hacerlo :D !
Elesis: ._.
Elscud: Bueno... aún podemos lograrlo... je je. Tú recuperarás el honor de nuestra familia, y yo mismo te entrenaré, mi pequeña Elesis.
Y así, desde muy joven, la niña prendió todo lo que un caballero ha de saber, bajo la tutoría de su padre; quien se las ingenió para enseñarle a modo de juego. Pasaban muy buenos momentos juntos y se encariñaron bastante. Elesis no sólo demostró una gran habilidad con las armas, sino que tenía el carácter y la moral de un caballero Sieghart ejemplar.
Todo marchó de maravilla hasta ese día. La Guerra de los Reinos se había puesto dura y estaban reclutando a los mejores al campo de batalla; lógicamente, Elscud fue uno de los primeros en ser convocado. Era un viernes en el atardecer, al pie de una colina, ambos lo recuerdan muy bien.
Elesis: ¿En verdad te tienes que ir, papá? - a sus 6 años, esto significaba mucho para ella, temía perder en la guerra su ser más amado.
Elscud: Cariño, ya te dije que sólo es por una temporada nada más, unos mesesitos y ya.
Elesis: Te voy a extrañar, vas a hacer falta en casa.
Elscud: Hey, tranquila, yo te prometo que voy a regresar; y para tener una escusa, quiero que conserves esto.
Elesis: Es... ¿tu espada?
Elscud: Pues lo era, y gracias a ella pude ver el tesoro que tenía ante mí. Has sido una bendición y la mejor hija que pude haber tenido.
Elesis: Gracias papá - una lágrima recorre su rostro - te quiero.
Elscud: Y yo más, mi niña. Ahora tengo que irme.
El hombre se aleja, ella se queda ahí parada hasta que su silueta desaparece tras la cima, con la promesa presente... más tras meses y meses de esperar al pie de la misma colina, la espera nunca terminó.
A los 2 años de su partida, se supo de la desaparición del caballero, Elesis se la pasó 2 meses encerrada en su habitación.
Ahora, a sus 15 años, ha seguido las enseñanzas de su padre y se ha convertido en la líder de los Caballeros Rojos, con una destreza y fuerza sin precedentes, y el carácter que una vez reflejaron los ojos de su padre. Se juró a sí misma llegar hasta el mismo fin del mundo, con tal de hallar a su padre, y en base a este juramento es que ha llegado hasta donde está; una caballero élite, de las mejores del reino, heroína varias veces agasajada por sacar de apuros a varios; un poco jactanciosa y de personalidad algo gruñona, pero digna de su apellido. Su búsqueda la llevará por un muy largo camino.
Dani, auxilioooo!!! Me he perdido en tu blog, la neta entro y luego leo, de vdd. ke leo con cuidado pero es mucha información para mi cabeza de chorlito, lo siento... es como ver una novela en capitulos variados y no recordar a los personajes me enloquece, no sé si me explico... kiero llorar!!! No creas que me he olvidado de ti pero, pero... es que no te he visto en linea en face y loooo no se que onda con tu vida, pero yo te aumento visitas por acá... un abrazo, responde plisss espero que no andes molesto conmigo. Taun
ResponderEliminar¿Molesto yo? para nada. De hecho recién encontré tu comentario aquí, de modo que a estas alturas te estoy respondiendo. En cuanto a Facebook, mi sistema de mensajería tiene serios problemas, y no puedo enviar, a veces ni recibir, mensajes. Descuida, acabas de caer en la primera publicación de un larga serie, sólo busca las publicaciones con la etiqueta "la gran busqueda", ya que son en sí todas una misma historia, se diría como que es un prototipo de novela que estoy escribiendo y publicando por migajas.
EliminarPor ahora esa es la única serie principal y activa. Saludos, linda.